Marzo es movilizante desde el principio y sin duda marcará un antes y un después en todo el 2023, dejando una huella trazada para los años venideros. ¿Suena desafiante? ¡Claro! Pues trae la impronta del cambio de signo de Saturno en Piscis y de Plutón en Acuario.
La primera semana del mes Venus abraza a Quirón en conjunción y a los pocos días lo hace Júpiter, mientras que Mercurio abandona Acuario para zambullirse en el océano inconsciente pisciano.
El calor ariano sube y las heridas patriarcales se hacen sentir. Venus es el planeta regente del cuerpo y del placer, totalmente yin y empático. No sería raro sentirnos “sofocadas” por aquellos dolores provocados por la desigualdad de género y de clase, además de percibir más fuertemente el maltrato a la naturaleza y la injusticia social.
Los tránsitos son oportunidades para tomar conciencia, puede ser que sintamos las emociones dolorosas amplificadas, pero tenemos el poder de actuar en consecuencia poniendo límites, expresando lo que nos molesta y reuniéndonos con aquellos que sí saben cuidar.
Es un gran momento para revalorizar los vínculos, escuchar el impulso que viene de las entrañas y dejarnos guiar por la intuición: si me enoja, posiblemente sea porque me avasallan o sobreprotegen, y en ambos casos pierdo la independencia de ser quien soy.
Mercurio en Piscis está totalmente abierto al arte y a la música, y si no nos resistimos, estaremos canalizando sentimientos profundos y amores necesarios para lo que vendrá. Es muy interesante que Mercurio esté en este signo para cuando Saturno ingrese, pues nos habilita una interpretación más sutil y resonante de todas las cosas.
Saturno llega a Piscis el 8 de marzo, al mismo tiempo que se da la Luna llena en Virgo. Somos responsables por nuestros sueños y anhelos, nos volvemos conscientes de la vulnerabilidad y nos preguntamos por las obligaciones que pesan en nuestros corazones.
¿Podremos diferenciar “carga” de “responsabilidad”? ¿Aprenderemos con este ingreso a discernir (palabra de Virgo) entre lo que hacemos por amor y por culpa?
Saturno en Piscis
Saturno atravesará Piscis en más dos años, retirándose definitivamente en febrero de 2026, concluyendo su largo camino de unos treinta años por la rueda zodiacal.
Como regente del tiempo y de las reglas del juego de este mundo, Saturno nos llevará a plasmar de forma concreta y práctica aquellas fantasías que guardamos por miedo o vergüenza en el pasado. También nos llevará a madurar a través de la “desilusión” como forma de entrar en contacto con la realidad.
Los deseos genuinos deberán ponerse en marcha. Será necesario pasar al plano concreto y salir del ensueño. Caerán las cáscaras de lo que fuimos. Sólo lo valioso y esencial tomará cuerpo esta temporada.
La resonancia con el un amor más expansivo estará accesible para todos, pero también podemos sentir la obligación de renunciar a ciertas “comodidades” en favor del bien común. Piscis es el hermoso signo del servicio álmico y según cuánto defendamos nuestro ego, viviremos este pasaje como apertura o amenaza.
Este paso de Saturno por Piscis volverá a dar valor a los rituales y sin duda cuestionará nuestra “fe”. Serán tiempos de reconexión con el misticismo y el misterio, dejando atrás las reglas pre-establecidas para comunicarnos con el Universo o la Divinidad.
El año astrológico empieza el 20 de marzo con el ingreso del Sol a Aries. Cruce de umbral, cambio de estación, y el nacimiento de un nuevo tiempo. A medida que nos acerquemos a esta fecha, iremos sintiendo el cierre y volverán a la superficie antiguos duelos y despedidas.
Lo digo siempre: Piscis concluye, disuelve, nos reúne con la matriz cósmica. Por eso lloramos, “lavando” nuestros ojos para ver mejor cuando el renacimiento ariano nos devuelva vitalmente a la forma humana.
Será dejarnos llevar por las aguas sanadoras hasta que el final se funda con el principio y nos encontremos “del otro lado”.
Plutón en Acuario
Para ese entonces, el 24 de marzo, Plutón entrará en Acuario, provocando realmente una revolución. Ninguno de nosotros vivió jamás un cambio tan relevante y significativo. Es evidente la responsabilidad que tenemos cada uno sobre el tiempo que nos toca vivir. Habitamos un orden sistémico que nos trasciende y somos interdependientes, entre humanos y con la naturaleza.
¿Cuál es nuestra función humana en la Tierra? ¿Cuánto sabemos de libertad y de respeto como especie?
Acuario es el arquetipo de las nuevas formas, la oportunidad de desarmar lo que no nos da servicio y crear una forma de vida más respetuosa e integral.
Es urgente hacer un replanteo sobre nuestro vínculo con el ecosistema, no podemos seguir siendo espectadores de las acciones de los pocos que creen que la naturaleza es un “bien” de “consumo”. Las aguas del planeta, los seres que la habitamos, cada pequeña partícula existente, es parte de la trama. Somos vínculos, no “pedazos” que se “usan” los unos a los otros.
No existe un consumo responsable sin una productividad responsable. Y eso incluye la responsabilidad con nuestro propio descanso y disfrute del tiempo, con las demás personas y todo el entorno. Hacer a destajo y “consumir y tirar” es el mandato de este mundo, pero dudo que sea lo que nos pide el alma.
El asunto es ser consecuentes entre lo que sentimos y hacemos. La pregunta sobre el poder personal volverá como un búmeran cuando estemos distraídos: ¿delegamos el poder de transformar el mundo o tomamos las riendas del cambio? Para que crezca el amor, el respeto y la tolerancia, tendremos que ser valientes y ejercer la libertad de responder por nosotros mismos, con nuestro criterio, siguiendo al corazón.
¿Aceptaremos el reto? ¿Podremos tejer y cuidar el futuro que se abre con paciencia y dedicación?
Nos deseo humildad para reconocer nuestros límites y paciencia para aprender a ser la humanidad que la Tierra necesita.
Feliz mes,
Laura.-
Te invitamos a ver la entrevista que hicimos a Juan Carlos Gómez por YouTube: https://www.youtube.com/live/d2Mofolrdwg?feature=share