El 2025 será un año de transición y anticipo, de ciclos cumplidos y regulación energética.
Los planetas transpersonales harán su primer ensayo en signos nuevos y tendremos la oportunidad de experimentar con ojos curiosos el tiempo naciente.
Necesitamos ser fuertes, estables y generosas para lo que vendrá. La mayor riqueza será nuestro equilibrio. La clave estará en la disciplina con que habitemos el mundo.
Los nodos lunares entraron el 12 de enero en Piscis y Virgo, el final y el principio de su poético camino retrógrado por el mandala zodiacal. Los eclipses en este Eje serán todos lunares, excepto uno solar, dándonos la clara señal de un tiempo de cierres, conclusiones y despedidas.
A nivel colectivo estamos integrando el aprendizaje pisciano: RE-unión y conciencia de no-separatividad. Para eso necesitaremos depurar la crítica y los prejuicios virginianos, recuperar la noción de totalidad y abrazar nuestras diferencias.
Será un año para tomar un rol protagónico en nuestro entorno y ser co-creadoras de este Universo. Volvernos responsables por nuestra autoridad mágica.
Tiempo para recordar nuestra amorosa función en el ecosistema: la de co-laborar con la madre Tierra poniendo al servicio nuestras manos y nuestra vista panorámica para plantar, podar, cuidar, recuperar ríos, prevenir incendios…
Toca ponernos a disposición de lo que la tierra mande. Acciones pequeñas, rituales de reconexión y cooperación con la naturaleza.
Necesitamos deshechizarnos de las pantallas móviles y alejarnos de las imágenes destructivas de consumo espiritual para poder habitar los procesos y honrar el crecimiento orgánico. Absorber lo nutritivo compostando el daño.
Caminar pausado en un mundo acelerado.
Bailar hacia los cuatro horizontes al ritmo de la manada.
Ser sabiduría encarnada.
Las Lunas del mes llenas de arte y magia
29 de enero – Luna nueva en Acuario – 9° 50´
Quemar, perdonar y renacer.
Esta primera siembra del año tiene que ser un amuleto de protección compasiva. Vienen tiempos tumultuosos que nos piden ser originales guerreras del amor incondicional.
Con esta lunación Inicia un nuevo orden trascendente, nos volvemos alquimistas del emergente equilibrio.
El Sol en Acuario ilumina todas las libertades posibles. Bienvenidos el vacío y la amada incertidumbre. Lo inestable se instala y no nos queda más que confiar.
En Acuario no hay jerarquías ni mandos. Es el signo de la conexión, donde nos une el amor y no la raza, la piel ni la casa. Para el mundo del éxito y el logro material, este signo no encaja.
Necesitamos la apertura y creatividad del querido Acuario para reinventar este mundo injusto, para volver a criar hijxs en red y darnos cobijo a todxs. Libertad para ser comunidad.
El cambio ya llegó. Las capas de piel que sobran, ajenas, se escapan. No nos queda más que brillar desde adentro. Ser únicas, pero entrelazadas. Trama humana espejo de la noche estrellada.
El peligro acuariano es la enajenación, la negación de las emociones y el cuerpo con sus cansancios y necesidades.
Las mil horas aisladas sentadas en las pantallas, las sensaciones de falsa unión por muchos likes. El Metaverso que nos calla y nos estalla en la cara.
Este sistema nos quiere divididas, entre hermanas, enfrentadas. Pero nosotras nos juntamos en grupo y hacemos red. Revolucionamos todo aunque le llamen “locas”, soltamos el control, abrazamos nuestra condición errante.
Amamos sin límites ni fronteras.
Mente abierta, palabra despegada.
Corazón sin trabas.
12 de febrero – Luna llena en Leo – 24°
La luna llena llegará poderosa como el Sol a oxigenar nuestra mente enrollada y mostrarnos que estamos destinadas a una transformación radical.
Nos conectaremos a nuevas y auténticas ideas, sacudiendo lo viejo y entregándolo al ancho mar.
La pasión del pecho brotará. La llama leonina deslumbrará en el cielo. El plexo solar irradiará certeza. Lo no verdadero se hará humo, las máscaras arderán para no volver.
Quemará el cuerpo por salir a danzar con la Noche. La sangre se agita, las palmas se baten, los pies descalzos recuerdan su animalidad. Sol y Luna en un yin yang interminable.
Dejemos de temer a la felicidad. Seremos convocadas a desnudar el alma, a entregarnos a la vida como en aquella primera bocanada cuando llegamos al mundo a través de nuestra madre.
Esta luna nos llamará a aullar buscando el grupo al que pertenecemos. Para encontrarnos primero hay que mostrarnos. Arriesgarnos a fallar, animarnos a caer y volvernos a levantar.
27 de febrero – Luna nueva en Piscis – 9°
Para cerrar el mes, con el Sol ya en Piscis, el amor ilimitado nos inundará. Seremos sostenidas por el manto oceánico de la Totalidad.
No habrá nada que temer ni defender pues la razón habrá encontrado su lugar en el orden universal. La potencia de lo eterno generará todo el calor que necesitamos.
Piscis es el Todo. Representa el impulso de regresar al estado de unidad originario y las ansias de dejarnos llevar por el infinito, pero también el deseo de autopreservación del yo y nuestro miedo a morir.
De Piscis venimos y a Piscis volveremos. Es el gran final y la nebulosa caótica de donde la vida brota. La matriz indiferenciada y acogedora donde la plenitud y el horror del no-ser conviven con todas las existencias.
Arderemos arte y magia.
Así daremos apertura a la primera temporada de eclipses.
Nos vemos la próxima, con amor,
Lau.-