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Agosto es un mes para el asombro. Nos toca aprender a “amar la trama” confiando en que el desenlace será perfecto tal como salga. Movimientos planetarios intensos activan nuestros miedos más inconscientes, sumados al clima de tensión a nivel global que nos sacude en el plano sutil, aunque no miremos las noticias.

Si tuviera que darnos un consejo, diría que es un mes para soltar el control y aprender a esperar. Nos podemos concentrar en “Templanza”, el Arcano XIIII del Tarot de Marsella: en la imagen, un ángel mezcla las aguas de dos cántaros, simbolizando los propósitos espirituales que operan en nuestro destino. Une los opuestos, alquimiza las experiencias vividas permaneciendo en el centro, sin ser arrastrada por los extremos. Templanza “representa un estadío de confianza y entrega absoluta al vasto orden del universo, la aspiración a un pleno contacto con lo divino y lo sagrado.” (Tarot y Astrología, A. Lodi y B. Leveratto, ed. Kier)

La conjunción de Urano y el Nodo Norte realmente está arrojándonos al ojo del huracán. No sabemos dónde vamos a caer después -ni cómo- y eso nos trae insomnio, cansancio y ansiedad, pero también mucha curiosidad. Urano nos hace captar lo que no nos hubiéramos imaginado nunca, nos libera a la fuerza. 

Marte se une a Urano y el Nodo Norte los primeros días del mes de agosto reeditando la cuadratura entre Saturno y Urano, aquella que nos dejó rebotando entre lo nuevo y lo viejo, sin morir y sin nacer, suspendidxs en el vacío. Algo de lo que vimos/sentimos durante el 2021 ahora se hace presente con toda la fuerza.

Un dato importante: tanta energía en la cruz fija (escorpio, tauro, leo y acuario) es fulminante, burbujea, desborda, como un volcán. Respiremos hondo antes de explotar.

Este mes de agosto también está traccionando lo que movieron los eclipses en el eje Tauro-Escorpio en noviembre del 2021 y mayo del 2022. Y en una nueva vuelta de espiral, nos pide que integremos lo que aprendimos con los eclipses del 2002. ¿Recordás qué estabas atravesando en ese momento? 

La importancia de Venus en agosto

Venus es el planeta regente del signo de Tauro y por eso va a marcar la forma en que asimilamos las experiencias. Su movimiento irá de Cáncer a Leo trayendo la necesidad de enfocarnos en ser auténticxs, más allá de las heridas vinculares, las comparaciones y las miradas ajenas. Hará oposición con Plutón hacia el 9/8 y caerán velos de nuestros mecanismos repetidos. Necesitamos madurez para conectar con el deseo. Cuando revelamos lo que nos gusta, no podemos retroceder. Toca responsabilizarnos por lo que nos da placer.

El cielo muestra los cambios que necesitamos hacer en nuestra vida al respecto del cuerpo y la alimentación, la necesidad de descanso y disfrute. También cambios al respecto de lo que valoramos, lo que sostenemos y lo que cuidamos.  ¿Qué me gusta? ¿Cómo disfruto? ¿Cuánto y cómo me valoro? 

Las preguntas sobre lo taurino están presentes desde que Urano entró en este signo en 2018 cambiando la forma en que nos vinculamos con la tierra. Eso implica nuestra relación con el cuerpo y la materia, los bienes y el dinero, pero también nuestro rol en el ecosistema. 

Para las culturas andinas, Agosto es el mes de la Pachamama o “Madre Tierra” y lo dedican a honrarla, ofrendar y conectar con la fertilidad. 

La Tierra es un organismo vivo, consciente y cambiante. Crecemos con ella. Nos volvemos conscientes por -y para- ella. No somos algo aislado, separado. No podemos destruirla o cuidarla como si nos perteneciera, como si fuera algo ajeno a nosotrxs. Somos la misma Tierra que caminamos. En los ríos y océanos está la sangre que nutre y nos nutre. En las semillas criollas, el futuro que sembrar.

Es urgente que ocupemos un lugar armonioso y equilibrado en este Todo. Urgente es que aceptemos que el cambio es constante y el presente, efímero. La incertidumbre es ley de vida. Mientras nos resistamos a mutar, nos estaremos negando el natural florecer. 

¿Qué infusiones tomar en el mes de agosto?

En el Hemisferio Sur, podemos acompañarnos de las hierbas saladas, como la cola de caballo y el llantén, para lo que queda del invierno. Los yuyos salados nos ablandan y regeneran, nos ayudan a estar permeables, menos rígidos. Nos dejan bajar la guardia para aceptar lo que es.

Cuando dejamos al cuerpo regenerarse, todo rebrota. Sólo hay que darle tiempo y saber esperar. Quizás no estemos acostumbradxs a atravesar el dolor. El capitalismo nos quiere de regreso a la oficina cuanto antes, eficientes y productivxs. Por eso es tan importante traer Escorpio a la conciencia este mes: este signo habla de muerte y transformación, de perder y soltar. El Nodo Sur está en Escorpio, enseñando silenciosamente que la muerte es guardiana de lo valioso.

Todo parece indicar que nuestro viaje en la Tierra se actualiza. Júpiter comienza a retrogradar recordando que no nos alejemos de nuestros propósitos álmicos, que demos rienda suelta a lo que nos apasiona y nos entreguemos a las aventuras que la vida propone. 

Si seguimos los ciclos y confiamos en el devenir, de a poquito nos iremos volviendo tierra. Iremos recuperando la posibilidad de vivir en un mundo sencillo y hermoso, abundante y claro.

Feliz mes. Con amor,

Lau.-

Si querés conocer los tránsitos del mes de Julio, seguí el siguiente enlace: https://www.solaura.com.uy/transitos-planetarios-del-mes-de-julio-2022/
Podés ver en este video un detalle de todos los movimientos planetarios del mes. https://youtu.be/CHd77S9t9gc

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