MERCURIO, EL PLANETA MENTAL, ENTRÓ en el signo de ARIES el 1 de abril y permanecerá hasta el 19/4 cuando, junto con el Sol, pasen al signo de Tauro.
Su aparición en el signo más caliente del #zodíaco, sumada a varias conjunciones sucesivas, nos pondrá cara a cara con nuestra ira y poder interior.
Mercurio entra dando una “patada verbal”. Todo lo que estuvimos procesando en #lunallena, macerando vínculos, dejando asentar decisiones, ahora tienen cuerpo y saldrán como una máquina.
No son días calmos. Mucho menos cuanto más cerca estamos de la conjunción con #Quirón el 9/4.
Mercurio en Aries tiene la lengua afilada. No hay filtros, se dice lo que se piensa, casi al mismo tiempo que se piensa. Quienes tenemos este personaje en la #cartanatal, sabemos que muchas veces sonamos “agresivxs”, poco cuidadosxs. Es cierto, hay verdades que duelen de ser escuchadas. Y hay quienes no nos escuchan si no usamos algodones alrededor de las letras.
Ojo. También es verdad que, amparadxs en la “verdad”, con este Mercurio aplastamos a los seres que nos rodean diciendo justo aquello que les duele. Eso que llaman “golpe bajo”. La impecabilidad y el respeto ante todo. No hace falta lastimar para ser clarxs.
¿Cómo funciona Mercurio en el signo de Aries?
Este Mercurio es muy intuitivo. Capta rápidamente las ideas, le bajan a borbotones. No es “canalizador” sino “catalizador”. Capta y actúa. Es un accionador innato, por eso dice sin pensar, porque siempre está un paso adelante.
Con este tránsito podemos aprovechar para soltar lo que estuvo guardado, lo añejo. Decirlo, escribirlo, gritarlo o grabarlo. Que salga.
Expresar es catártico. Digámonos a nosotrxs primero lo que no nos atrevemos, lo que nos da miedo, antes de echar culpas al afuera. Seguro que habrá que poner límites, pero tengamos claro los para qué, a quiénes y cómo los ponemos.
Recuerdo mis silencios aceptadores de la sombra, mis silencios cómplices callados por temor a ser rechazada.
“Calláte” debe ser de las peores cosas que me han dicho. Lo repitieron tanto en la niñez que ya en la adolescencia y en la primera adultez, no hizo falta que me lo dijeran porque aprendí a callarme sola.
Que Mercurio en el signo de Aries libere la voz. Que se deshaga el nudo de la garganta con nuestra palabra auténtica.