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Marte entró en el signo de Cáncer el pasado 24 de abril para recordarnos la importancia del autocuidado.

Nutrirnos, darnos momentos agradables y conectar con la calma son las necesidades básicas que nuestro guerrero va a proveer en medio de un clima muy complicado.

Desde que el Sol entró en sintonía con Urano el ritmo se aceleró. ¿Lo sintieron? ¡Todo corre! El trabajo, los vínculos… Aunque estemos en el mes de la tierra y su disfrute, el acelere es innegable.

El cielo empuja a dar un salto. Nos cuestionamos nuestro ser creativo, nos preguntamos si estamos siendo auténticxs o repetimos a otrxs, nos entra la duda sobre nuestra capacidad de conectar con lxs demás y, especialmente, confirmamos que no somos tan libres como quisiéramos.

Lo lindo de comprender los movimientos planetarios es que dejamos de responsabilizar a la pandemia, a un gobierno o a nuestros semejantes. ¡Ahora podemos echarle la culpa a Urano! (Ay, no! Por favor no hagamos eso!)

Saber sobre ciclos realmente nos ayuda a acompañar el movimiento natural en vez de trancarlo.

El Sol está en conjunción al Gran Urano revolucionario, junto con Mercurio y Venus, o sea que hay un gran stellium en Tauro y todos los temas asociados al cuerpo y a la sensorialidad están puestos de relieve (¿soy la única con contracturas estos días?) La alimentación, el descanso, el disfrute, las ganas de piel y amor… todo eso vivido exageradamente.

El 27 de abril será la luna llena en escorpio, lo que quiere decir que todo ese stellium quedará enfrentado a la luna. No se siente para nada liviano el asunto, menos aún si agregamos a Saturno en#Acuario en cuadratura al Sol y sus acompañantes.

Marte en el signo de Cáncer es un descanso

La entrada de Marte a un signo de agua es realmente aliviadora. Así que permitámonos llorar porque nos duele la espalda, o porque extrañamos a personas que hace mucho que no vemos. Visitemos a la familia y esas amistades que “hacen familia”, llamemos a los seres de amor y compartamos al menos unos minutos telefónicos.

No nos quedemos con ningún amor por decir. Eso alimenta nuestro mundo interno.

Si estamos fuerte interiormente, que venga lo que tenga que venir.

“Si somos amorosamente fuertes, que venga lo que tenga que venir.”

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