Volver a lo esencial
Hace días que arde la Patagonia argentina. Son muchas décadas en que la práctica de arrasar con el monte nativo es costumbre para que el agronegocio avance con impunidad. Por centenares de años lxs humanxs explotamos la Tierra como si fuéramos algo separado de sus heridas.
La sangre que derramamos corre ríos de dolor. Los pueblos originarios no se cansan de gritarlo.
Me preguntaron por lo verdadero. Me pregunto por lo esencial.
¿Para qué las letras escritas que no cambian realidades?
Mi aprendizaje con las hierbas medicinales fue sin apuntes, porque a la palabra vuelta papel se la lleva el fuego del bosque.
La impronta de una mirada y un gesto de amor o de crueldad dejan los surcos que mis líneas nunca harán.
La sensibilidad se aprende. Tanto como se aprende a pensar y a actuar con coherencia.
¿Cuándo nos enseñaremos esencialidades en vez de competitividad?
La luna nueva será en conjunción a Venus y a Neptuno a 23 grados de Piscis.
¿Importa saber en qué casa de tu carta natal cae? ¿Importa en serio “cómo afecta” en una micro vida individual?
La empatía también se aprende.
Este gran stellium de luna nueva nos puede ayudar a diluir los bordes, a dejar de creernos importantes. Ampliarnos la percepción para poder llegar a sentir lo que siente un mundo desigual y ardiendo -de fuego, de bronca, de dolor-. Sentir lo que sienten lxs que encarnan injusticias.
No es una luna para intencionar algo personal. Y por favor, que se entienda. Cada individux importa, cada ser importa. Me refiero a sólo pensar en mi propio desarrollo, a querer salvarme, a estar “bien” “yo” y “los míos”.
Esta luna es para intencionar colectiva y amorosamente. Es para contribuir con nuestra fuerza a que todxs conectemos con la sensibilidad, con el mundo interior que trae la riqueza del infinito.
Abrirse. Amar. Llorar. Bajar la guardia.
Luna para dejarnos empapar del emocional ajeno, del sufrimiento de la Tierra con todos los seres que la habitamos.
Sentir que somos lo mismo y hacer algo coherente con esa conexión.
