Durante el mes de marzo elegimos compartir nuevas versiones de la Reinas del Tarot de Marsella. Reinas que hacen correr por sus venas de papel la libertad y la revolución de jóvenes generaciones.
En este tiempo que vivimos, con la marea de desconcierto colectiva hacia el futuro que nos atraviesa, es imprescindible reivindicar el poder de las Reinas. Ellas representan el lado receptivo, amoroso y contenedor en nosotrxs, nos hacen develar la importancia de lo suave, de lo blando y flexible.
Sería un buen ejercicio hacernos preguntas
¿Dónde está lo cóncavo en nosotrxs, en nuestrxs cuerpxs? ¿Honramos nuestras cavidades huecas, nuestros pulmones, boca, nuestros úteros, el diafragma, la vejiga…? ¿Nos reconocemos en los vacíos tanto como en los llenos?
¿Le damos lugar a la inmensidad de lo que amorosamente recibe?
Citando a @mariannecostarot en una charla que dio este mes para @tiendatarot, “lo femenino no precisa validación exterior”. Y esto es fundamental. Porque por siglos y siglos no hemos parado de imponer al patriarcado como modelo, pese a que constantemente ataca al ser sensible que somos. Que todxs somos.
No llorar, no necesitar, no ser débil. ¡Con la grandeza que se requiere para aceptar la fragilidad!
La valentía brota de nuestro corazón cuando podemos nombrar los miedos, cuando nos mostramos vulnerables y aceptamos ayuda.
La Reina de Copas es guardiana del “Cáliz”, del corazón: receptáculo de la sangre y los afectos, colmado de emociones positivas y negativas, “pero destinado a convertirse en la pila del amor divino”, como dice Marianne en su libro “El Tarot paso a paso”.
Las Copas se asemejan al elemento agua, son conectoras de sentimientos, nos ayudan a discernir entre lo valioso para el alma y los deseos del ego que nos enredan en problemas superfluos.
Volvernos la Reina de Copas es salvaguardar lo importante, priorizar la empatía y el amor ante las diferencias, tener consideración ante las necesidades de lxs otrxs y respetarnos mutuamente.
Activar el poder personal que sale desde el corazón y se lleva a cabo con actos de mágico cuidado.
